Resulta curioso el efecto que el dolor emocional causa en las personas. Nos corroe las entrañas, nos taladra el cerebro. A veces puede llegar a compararse con tener veneno por sangre, un veneno que te emponzoña poco a poco y que necesita ser sacado del organismo.
Y entonces, en ese punto exacto, es en el que el dolor te hace tener miedo de ti mismo. Miedo de quedarte así para siempre, de no ser capaz de superarlo, de estar solo. Miedo de tus sentimientos y pensamientos. Miedo de la muerte. Pero lo que es peor, miedo de la vida.
Entonces te cansas de sufrir, decides que el momento de sacar la ponzoña de tu sistema ha llegado. Pasas de verte acechado por el dolor a hacerlo por ese pensamiento.
¿Y si no puedo hacerlo? ¿Y si puedo?
Escrito por @CanGo2Neverland